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Matemática

Representaciones semióticas y otras cosas más

 La semana ha sido intensa para mí en muchos aspectos. Estoy saliendo de un profundo estado de reflexión personal, que se ve concluido con algunos exámenes médicos con resultados satisfactorios, pero incluyendo otros nuevos…Además de una crisis familiar, que fue capaz de remover hasta los cimientos más fuertes. Siento que no estoy rindiendo bien académicamente dado el peso personal que traigo conmigo, por tanto, debo reconocer que me ha costado hilar y elaborar la reflexión para esta semana. No creo que esté demás escribir una sensación tan personal, tan íntima, en un blog de esta naturaleza -un edublog-, pero en educación son importantes los sentimientos, los estados anímicos de quienes trabajan en esto…el sistema educativo, enteramente colmado de voluntad humana, podría moldearse según la forma de nuestros deseos…a estas palabras de Chevallard, también me gustaría agregarle los estados anímicos, las sensaciones personales...aunque tratemos de esconderlas y tratar de ser neutrales, jamás podremos lograrlo: en la educación hay tanto de nosotros que es imposible tener claro cuánto de eso nos pertenece.


Pero de lleno al trabajo de la semana, reflexionamos, discutimos y pusimos en práctica con varios ejemplos, lo que significan las representaciones semióticas. La semiosis se refiere al estudio de los signos, y en la enseñanza y aprendizaje de la matemática, esto tiene un rol decidor, porque el lenguaje utilizado por la matemática para comunicar sus ideas, conceptos y teorías vienen hilados y estructurados de acuerdo a signos que, por convención universal, se utilizan para que todas las personas sepan de que para un determinado objeto matemático, le corresponde un signo: una representación semiótica. Estas representaciones semióticas adquieren significado para un individuo de acuerdo a la coherencia o no-coherencia entre signo y concepto. Se dice que hay coherencia cuando un sujeto puede asociar, de manera inmediata, una representación semiótica (signo) con el concepto al que se le asocia; mientras que hay no-coherencia cuando existe todo un proceso mental (por que no decirlo, casi heurístico) ante un cambio de representación semiótica o registro diferente. Esto para un profesor o profesora de matemática, viene a representar un objetivo de aprendizaje matemático: lograr esa coherencia, ese traspaso espontáneo entre distintos sistemas semióticos provenientes de un objeto matemático, y que a la larga, tienen la posibilidad de una aprehensión más integral de un concepto. Yo me pregunto, ¿será una consecuencia de una determinada transposición didáctica ese nivel de inmediatez en la comprensión de los conceptos matemáticos? ¿o no es necesaria una transposición para lograr esa flexibilidad cognitiva de asignarle a un concepto varias respresentaciones semióticas? Mi experiencia podría enmarcarse en la segunda cuestión, por que mis profesores de matemática nunca hicieron transposiciones didácticas de calidad…o más concretamente ninguna…y no todos logran aprender matemática. No se si la primera pregunta será cierta. Pero tengo mis sospechas de que algo tiene que ver…


¿Ustedes que opinan? Dejo la pregunta abierta para que puedan contestar.


Ah!, otra cosa…esto último es una respuesta para la profesora Alicia. La escribo aquí para que otros también puedan opinar, si gustan , claro está. Además, no me publicó la respuesta en su determinado momento, cuando la escribí, asi que no está demás compartirla con los otros compañeros y compañeras. Esta es:


En realidad, es un cuestionamiento que también me lo plantee cuando intentaba dar la respuesta...pero analizando mi experiencia, las de otros compañeros y amigos, puedo decir que no lo tienen tan claro porque al parecer no le otorgan la importancia debida a la enseñanza de la matemática (me refiero a los profesores que ya están en el sistema). Y con respecto a los futuros profesores -en mis compañeros, por ejemplo- siento que hay preguntas que ellos aún no se han planteado, han vivido como estudiantes todos estos años de universidad y siento que les ha gustado el confortable mundo de la matemática, en donde, a base de axiomas y teoremas, es muy tranquilo. Y me refiero que es tranquilo, por que ni siquiera ninguno de ellos está a la altura de trabajar codo a codo con los matemáticos. Pienso que puede ser una cuestión de perspectiva, yo siento que, ha medida que pasa el tiempo, le otorgo un sentido más amplio, desde que ingresé a la carrera.

Lo que se podría hacer con los futuros profesores, es que realmente tengan iniciativa para preguntarse, para cuastionarse, y en este caso, usted, como la profesora de didáctica, tiene una tarea aún más grande, por eso yo entiendo toda esa responsabilidad que muchas veces nos explica que tiene. Tarea que no es menor...

Me gustaría preguntarle si ¿usted tiene esperanzas en que l@s chic@s del curso puedan, algún día, tener esa iniciativa personal?

Por supuesto que podemos seguir indagando...creo que la conversación se torna cada vez más interesante.”


Bueno, como ven, hay harto tema en esta semana.



 

2 comentarios

Valeska Mena -

En cuanto a que nuestras emociones influyen, te encuentro la razón absolutamente. Pasé por algo similar y me sentí vencida por las circunstancias en algún momento, pero debo reconocer que esas fuerzas son y tienen que ser compartidas para que sea una carga más ligera. Es más, creo que los estados emocionales influyen en nuestra sala de clases aunque no lo creamos así.
Claro que tendremos que usar transposiciones didácticas que no hagan perder el concepto involucrado, sólo habrá que dedicarle más tiempo del que much@s profesores/as no siempre disponen (son poc@s l@s que trabajan en un solo lugar)
Confiar a veces es un peligro. Sin embargo, es un camino por el que tod@s pasamos.
No creo que no seamos capaces, pero sé que - concientemente - sino que nos cuesta más sacar a flote nuestras iniciativas.

Alicia -

Julio, me parece que será dificil comentar tu reflexión, ya que hay muchos temas interesantes en ella. Trataré de ir por parte, quizás así logre abarcarlos todos.
Primero, agradezco sinceramente la apertura que tienes para sacar tus sentimientos. No creo ser la única que lee sus blogs, pero si quizás quien más escribe.
Me da una gran satisfacción saber que somos personas y que sentimos, que tenemos penas y alegrías, pero no por eso dejaremos de vivir(en un sentido muy amplio).
Lo segundo es que me 'echaste al agua', lamento no haberte respondido antes, me declaro culpable y asumo mi responsabilidad.
Fuertes tus declaraciones, pero no por eso falsas.
Veo cada día (y no sólo en la universidad) la gran dificultad que demuestran las personas de pensar, de tener opinión y creo que pasa por la falta de compromiso o no comprender la importancia de ser una persona opinante. Carolina ya lo dijo en su primer blog, te invito a leerlo.
Tu pregunta es directa y me gusta que sea así, "¿usted tiene esperanzas en que l@s chic@s del curso puedan, algún día, tener esa iniciativa personal?", y te puedo responder rotundamente que sí, sí lo creo. Julio, si no lo pensara así, el ir a la sala no tendría ningún sentido, mi profesión no tendría razón de ser, el dejar mi familia, mis amigos, mi pololo sería en vano. Espero no equivocarme y creo que no lo haré. Confió en las personas, porque si dejara de confiar en ellas, ¿en qué o quién lo haría?